Paul Auster non va in Turchia. “Non vado nei paesi in cui si incarcer no i giornalisti”. Sono oltre 100 i giornalisti in carcere in Turchia. L’articolo del Pais del 2.2.12:
Auster rechaza ir a Turquía debido al encarcelamiento de periodistas
“No visito países que no tienen leyes democráticas, aunque me inviten”, señala el novelista
El primer ministro turco Erdogan llama “ignorante” al escritor
Blanca López Arangüena Estambul 2 FEB 2012 – 17:19 CET
Ni Santa Sofía, ni el gran Bazar. Paul Auster no verá nada de esto porque no irá a Turquía. Así lo anunció esta semana el conocido escritor estadounidense durante una entrevista al diario turco Hürryet. Su decisión se debe al altísimo número de periodistas e intelectuales encarcelados en el país, unos 105 según las últimas estimaciones.
Auster es un autor muy conocido en Turquía. Hasta 26 de sus libros están traducidos al turco y su última novela, Diario de Invierno, verá aquí la luz antes que en EE UU. Por ello el autor, ganador del premio Príncipe de Asturias de las Letras, ha recibido varias invitaciones para visitar el país, las cuales ha declinado. “Yo no voy a países que no tienen leyes democráticas, aunque me inviten. Declino invitaciones de China. Protesto contra estos gobiernos” explicó Auster. “¿Cuántos [periodistas] hay encarcelados? ¿Más de 100?”.
Y sin embargo, el encarcelamiento de periodistas es uno de los aspectos que levantan más ampollas dentro y fuera de Turquía. Su número ha crecido de forma alarmante. Tanto que Turquía se ha convertido en el país con más informadores en prisión del mundo, por delante de China e Irán. Por su parte, el Gobierno defiende que estas detenciones no están relacionadas con el trabajo de los periodistas, sino con los lazos que supuestamente mantienen con el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán ) o la trama golpista Ergenekon.
Además de la prisión, los escritores turcos tienen que hacer frente a la censura. La Dirección General de Protección de la Infancia se encarga en Turquía de meter la tijera a los escritos que considera “amorales”, y en ocasiones también se encarga de meter a los escritores, editores y traductores en la cárcel. “En los últimos dos años el censor ha retirado 30 libros y enviado a una veintena de editores ante el juez”, explica a EL PAÍS el editor Irfan Sanci, varias veces acusado de traducir y publicar libros “pornográficos”.
Ayer por la tarde, Auster respondía a las palabras de Erdogan a través de un comunicado: “Sea lo que sea que el primer ministro piense del Estado de Israel, el hecho es que existe la libertad de expresión y no se encarcela a periodistas ni a escritores” se leía. “Todos los países están minados por varios problemas, incluyendo Estados Unidos, incluyendo Turquía, y es mi firme convicción que, con el fin de mejorar las condiciones de nuestros países, la libertad de hablar y publicar sin censura o la amenaza de cárcel es un derecho sagrado para los hombres y las mujeres”, concluye el escrito.
Ahora los turcos esperan las palabras de su primer ministro, al que no le gustan las críticas, y mucho menos quedars